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lunes, 29 de noviembre de 2010

La felicidad y el éxito

Éxito: Resultado feliz de un negocio. Buena aceptación que tiene alguien o algo. Ese es el significado del éxito según el diccionario.


Hay quienes consideran a una persona exitosa aquella que tiene todo en la vida o bueno eso es lo que imaginan, tener dinero, amor y salud, con esas tres cosas primordiales se puede decir que la persona de que hablamos es considerada exitosa y por lo tanto feliz; claro yo no discuto eso, quien no se sentiría exitosa y feliz teniendo esas tres bendiciones queriendo que se multipliquen por mil, mil veces tres, excelente manera de ver al mundo. Aun así me sorprendí al enterarme que no con las tres bendiciones se puede ser feliz.


La felicidad y el éxito no siempre están juntos, la verdad sobre este tema es que la felicidad es tan compleja que cuando llega no te das cuenta de que lo tienes presente, existen maneras diferentes de sentir la felicidad por ejemplo; puede ser innata, existen personas que nacen siendo feliz y otras personas crecen siendo feliz.  Lo más importante de esto es que uno aprende de acuerdo a lo que nació, porque vivir la vida en el mundo es el prueba más grande de todas.


-          Papá, me puedes comprar una bici nueva
-          ¿Qué paso con la que tienes?
-          Nada, solo que quiero una nueva
-          Pero hijo no tengo dinero para comprarte una nueva
-          Está bien papá no preocupes (triste se fue a dormir a su cuarto, pero antes le rezo a Dios y le pidió que su padre le comprase una bici nueva)

Esa noche el padre escucho al niño pedirle a Dios y se dio cuenta de que no podía darle todo lo que su hijo le pedía, se cuestiono de por qué no era exitoso y así con el dinero suficiente podría comprar lo que su hijo le pedía pudiéndole hacer feliz a su hijo, desde ese día decidió conseguir dos trabajos aun que no durmiera; todo eso para poder darle lo mejor a su hijo. El hijo a los pocos días comenzó a darse cuenta de que faltaba algo en él, un sentimiento de vacío lo rodeo y en ese momento el hijo le pregunto a su madre.


-          Mamá, mi papá aún no llega de trabajar
-          No, hijo es mejor que duermas ya es tarde, tu papá tienes mucho trabajo por eso la demorando
-          Pero el prometió jugar conmigo
-          Lo sé hijo pero no lo esperes despierto va a llegar tarde
(El niño se fue a su cuarto y antes de dormir reza como todas las noches)
-          Dios yo se que siempre me escuchas, por favor cuida a mi padre y tráemelo sano a mi casa que lo quiero mucho, necesito que juegue conmigo y no necesito nada material solo lo quiero a él. Gracias Dios mío te lo agradezco.


Esperado el día de paga el padre se acerco a la juguetería más cerca, pudo comprar la bici nueva que su hijo le pedía, cuando llego a la casa para darle su nuevo juguete a su hijo el hijo lo recibió con gran sorpresa.
-          Es por eso que llegabas tarde a casa
-          Si, hijo quiero darte lo mejor y todo lo que me pidas
-          Gracias papá, pero no lo quiero
-          ¿Por qué  no lo quieres? (sorprendido)
-          Porque ya encontré lo que me hace realmente feliz y no es nada material, sino eres tu padre te quiero aquí conmigo para que puedas jugar conmigo y pueda enseñar de ti, así soy feliz.
Llorando el padre abrazó a su hijo, juntos pudieron llegar exitosos en sus vida y felices, gracias a eso el padre dejo los dos trabajos se dedico a su hijo, poco a poco encontré el negocio perfecto hacer una juguetería así su hijo no podría pedirle más juguetes y tendría tiempo para estar con él, con apoyo de su familia logro su sueños, hacerle feliz a su hijo y desde ese día aprendió una gran lección.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Día cero - Esperando una respuesta

Jamás pensé que una respuesta la esperaría con muchas ansias, sabiendo que quizás cambiaria mi vida. Hace ya un tiempo que vivo solo y la verdad no es nada del otro mundo, es la misma vida que llevaba solo que sin compañía por el momento claro está, la verdad es que pienso conseguir a alguien que de verdad vale la pena o como dicen todas las personas que no saben realmente lo que dicen, para mí; encuentra a tu media naranja para quererse toda la vida, eso de la media naranja para mí no funciona pensándolo bien para que quiero una media naranja para hacer un jugo prefiero encontrar una naranja completa con todos sus virtudes y defectos total son de esas personas las que uno realmente aprende a vivir la vida. Pero para mí la única pareja envidiable que he conocido, increíblemente son mis padres a pesar de su longevidad se siguen queriendo como si recién se conocieran claro siempre con ciertas diferencias debido a la edad pero es un amor inagotable, tan sincero y envidiable. –Me da permiso por favor quiero sentarme; es fue la primera vez que oí su voz, una angelical voz.
- Sí, claro ¿tú no eres de por acá verdad?
- No, vengo a visitar a mi abuela y ahora regresó a mi casa
- A mira qué pequeño es el mundo yo también regresó a mi casa, y te gusta viajar en tren
- Claro para mi es una experiencia fascinantes mas cuando     en el camino te encuentras con bellos paisajes
- Si, son realmente bellos
- Bueno, me das permiso bajo en el siguiente paradero
- Espera me puedes decir tu nombre, le pregunte
- Déjame pensarlo reciente te conozco no sé si eres un delincuente, un secuestrador…
- Nada de eso a una chica tan bella como tu es imposible hacerle daño
- Pero por seguridad prefiero decírtelo la próxima vez que te vea, adiós.
Y así se fue me quede sin palabras por su belleza y a partir de ese día decidí ir mas seguido a la estación de tren esperando si tendría la oportunidad de que me diga la tan ansiada respuesta, no lo sabía pero a partir de ese día no pude dejar de pensar en ella y casi ni dormir esperando la respuesta.

lunes, 22 de noviembre de 2010

El viejo ebanista

Hace un tiempo existía un viejo ebanista que pensó todo perdido después de la muerte de su hijo, sintió que no quedaba más en la vida; dejando su historia grabada en el recuerdo de los que estuvieron cerca. 
En un pueblo llamado Coiras, muy cerca al rio Togril alejado de la ciudad, un viejo ebanista siempre se encontraba  en su aserradero metido; melancólico por viejos recuerdos, cuando de pronto su hijo lo interrumpe y trata de hablar con él.
-  Padre, sabes todos los días siempre te encierras en tu aserradero trabajas duro para que pueda comer, casi no duermes y aun así no eres feliz; no estás orgulloso de los logros que has hecho hasta ahora acaso eso no vale para ser feliz. Sabes papá la felicidad esta en ti y en lo que haces.
-  No lo sé hijo, tal vez tengas razón pero no puedo dejar de pensar que estas creciendo y de mí ya no vas a depender, tendrás que ir a formar tu futuro y yo ya estoy viejo para este trabajo así que quiero lo mejor para ti sabes hasta ahora lo único que vas a heredar de mí son mis herramientas y mi trabajo.
- Y sabes papá yo quiero que heredes mi felicidad.
(Lo dijo con tanto cariño, el pequeño se acercó a su padre y lo abrazó)

El viejo conmovido sonrió pero no dejo de estar preocupado por el futuro de su hijo, se puso a pensar que pasaría si se muere antes de tiempo y que pasaría si su hijo no llega a heredar su trabajo. Se sentó y comenzó a trabajar más duro. Todos los días después de esa conversación el viejo ebanista solo se dedico a su trabajo dejando de lado a su único hijo hasta que un día su amigo lo fue a visitar.
-  Edmundo, amigo mío cual es el motivo de tu visita.
-  Mi buen amigo, vengo a darte una mala noticia, quería ser yo el que te lo anuncie, lo siento mucho pero tu hijo lo encontraron muerto.
(Asombrado y triste por la noticia, solo atinó a decir)
-  Como es la vida, yo tratando de darle lo mejor a mi hijo para que sea feliz y teniendo miedo de dejarlo solo sin haberlo ayudado, ya es inútil el partió y hoy me di cuenta que él era mi felicidad, porque no se lo dije teniendo la oportunidad.
Esa fue la última vez que vi a mi amigo, el ebanista, lo más reciente que supe de él fue que partió de viaje para encontrar un motivo. Revisando mí correspondencia encontré un escrito diciendo:
Hay veces que actuamos en formas distintas a lo que somos y no nos damos cuenta que desperdiciamos lo que es de verdad importante, nos alejamos del camino y es ya tarde cuando nos damos cuenta, volviéndose imposible regresar así que amigo mío no esperes más, la oportunidad de ser feliz está en ti.
Tu viejo amigo, el ebanista.